Esos lobos devoran mi carne, disfrutan al comer cada tejido de mi, mordisquean y juegan con mi mente.
Aparecen cuando no hay música, cuando estoy solo, cuando observo. Lobos malditos que no puedo alejar y cada vez vienen más hambrientos de mí. -¡Apártense! les grito- pero solo ríen y devoran mi carne. Esos lobos.
2 comentarios:
como siempre tus relatos me gustan mucho, me sorprende mucho lo que escribes, no dejes de hacerlo y alegrarnos los días leyendote.
Te quiero mucho!!!!!!
Vamos besando el hocico del lobo para saber cada uno de sus secretos. Nunca será suficiente verles de cerca. Todos somos lobo.
Es excelente tu lobo-texto!
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